No nos damos cuenta, pero de vez en cuando nos encontramos con seres
vivos que han permanecido en este planeta prácticamente sin cambiar
durante cientos de millones de años. Son reliquias vivas de un pasado
remoto que nos hablan de cómo era el mundo hace mucho tiempo. A estos
seres se les suele llamar “fósiles vivientes”. Quizás puede ser un
simple equiseto, un escasamente espectacular gusano de terciopelo o un
sorprendente Limulus o cangrejo de herradura.
Limulus
comprende cuatro especies. Podemos encontrar muchos de
estos cangrejos en algunas playas de Norteamérica en ciertas épocas del
año o en un tanque de algún restaurante asiático dispuesto a ser
cocinado. Por desgracia algunos asiáticos encuentran que los huevos de
esta criatura son una delicia, aunque Richard Fortey considera que es
más bien asqueroso (al parecer no pudo resistir la tentación de comer
algo lo más parecido a un trilobites).
Los cangrejos de herradura tienen un sistema inmunitario singular en el
que unas células especializadas liberan un coagulante en presencia de
bacterias, sellando así la herida. Desde hace años se comercializa un
producto (LAL) extraído de estos cangrejos y que permite coagular el
plasma humano cuando es expuesto a bacterias gram-negativas, por lo que
constituye una buena herramienta de diagnóstico. Su sangre azul cargada
de hemocianina (equivalente a nuestra hemoglobina) está basada en cobre
en lugar de en hierro.
Los Limulus han permanecido 450 millones de años sobre este
mundo, por lo que han sobrevivido a varias extinciones masivas y a
muchas otras menores. Se han adaptado a distintos climas, a distintos
depredadores (algunas aves dependen hoy de sus huevos) y ahora tratan de
sobrevivir al ser humano. Pero, por poco que puedan haber cambiando a
lo largo de todo este tiempo, han sufrido cambios morfológicos que deben
de haber dejado huella en el registro fósil, especialmente en la
morfología de sus patas.
Ahora se ha encontrado y estudiado un fósil de 425 millones de años (del
Silúrico) que nos habla de una transición morfológica. El fósil ha sido
llamado Dibasterium durgae y representa un nuevo género y
especie. Su nombre se refiere a los miembros dobles que posee y a Durga,
la diosa hindú con muchos brazos El espécimen mide 23 mm, ha sido
encontrado en un yacimiento entre Gales e Inglaterra en el que se han
conservado muy bien muchos especímenes correspondientes a seres de
cuerpo blando...
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