Los neandertales eran soberbios cazadores que se atrevían con
rinocerontes, uros, caballos.... “Eran carnívoros. Y tenemos que
investigar el componente vegetal de su dieta”, sugiere Arsuaga,
señalando que en Europa en el territorio de los neandertales solo hay
frutos disponibles para comer a finales de verano y otoño. Por eso no
hay apenas monos, excepto macacos, que son pequeños, precisan pocas
calorías y comen hojas. “Los ecosistemas en Europa son estacionales
porque el clima es estacional y, en período de glaciación la situación
es aún más extrema. Los neandertales tuvieron que ser carnívoros”, añade
el paleontólogo.
Los homínidos primitivos, como el resto de los primates, vivieron en
África, en el bosque tropical y subtropical, cuyos ecosistemas
proporcionan alimento constante todo el año, argumenta Arsuaga, quien
concluye: “Hubo que aprender a cazar para salir del trópico y extenderse
por Eurasia, por eso tardaron tanto los homínidos en lograr desligarse
de los ecosistemas tropicales”.
Los neandertales, que son ya muy avanzados en comparación con los
australopitecos africanos —que comían raíces, frutas o, en todo caso,
carroña—, practicaban caza mayor. Pero para vivir de esas capturas hace
falta dominar un salto tecnológico muy importante que es hacerse
herramientas para cortar y preparar las presas. “Un uro o un rinoceronte
no los puedes comer a mordiscos, con la piel tan gruesa que tienen;
hace falta cortar y trocear las piezas. No solo eran unos expertos
cazadores; también dominaban la fabricación de piedras de filo para
desgarrar y raederas para el cuero y la madera”, apunta Enrique
Baquedano. “En estos yacimientos de Pinilla del Valle hemos encontrado
miles de herramientas de piedra”, añade.
Pero los neandertales comieron algún tipo de vegetales. Arsuaga
explica que una investigadora ha descubierto que el sarro de los dientes
conserva almidón vegetal y así ha podido identificar las plantas que
comían los individuos prehistóricos. “Los neandertales de Bélgica, en la
época glacial, según indican los fósiles, comían raíces de junco, y los
de Irak, dátiles. Estoy convencido de que los nuestros comían
bellotas”, comenta.
Y así termina nuestro corto recorrido por este maravilloso descubrimiento, quien sabe que otras sorpresas este valle nos dará pronto!

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