La evolución es más o menos predecible dependiendo del tamaño de la población de la especie de la que se trate.
La evolución es contingente porque depende en parte de sucesos que se
dan al azar, como las mutaciones, pero también de eventos que ocurran en
el entorno. En realidad la evolución es excitante porque nunca sabemos
lo que va a ocurrir. No hay apuesta segura sobre qué rasgo va a aparecer
o a tener éxito evolutivo. Sin embargo, hay aspectos que parece que sí
pueden ser predichos, al menos a corto plazo. Difícilmente una planta
desarrollará resistencia frente a las heladas en medio de una selva
tropical, por ejemplo. Y visto retrospectivamente, se podía haber
predicho que el cuello de las jirafas se haría cada vez más largo.
Pero los individuos no evolucionan, no se hacen mutantes, nacen como
talles. Son las especies dentro de sus poblaciones las que evolucionan
generación tras generación. ¿Tiene algún efecto sobre la predictibilidad
de la evolución el tamaño de la población a la que cada una de ellas
pertenece? Pues, al parecer sí.
Es sabido que para pequeñas poblaciones el curso de la evolución es
bastante impredecible. Pero uno esperaría que según aumenta el tamaño de
la misma sea más predecible. Resulta que no es así.
Según un estudio realizado físicos de la Universidad de Colonia y
biólogos de la Universidad de Wageningen, si una población es muy grande
su evolución puede ser predicha de una manera más difícil de lo que uno
se imaginaría a priori.
Este grupo de investigadores ha usado la información genética de un
hongo en un modelo computacional para simular el curso de su evolución.
Concluyen que tanto para grandes como para pequeñas poblaciones la
evolución es bastante impredecible, pero que hay un tamaño de población
óptimo para el cual se puede predecir mejor su curso.
Se puede considerar que esta predictibilidad es a nivel teórico, usando
cierto modelo o más experimental si usamos un laboratorio o el medio
natural. Aquí ya hemos visto algunos experimentos muy bonitos en los se
dejan evolucionar microorganismos (cuyas generaciones se suceden muy
rápidamente) a lo largo de los años. Cuando más frecuentemente coincidan
la ruta seguida y el resultado final, más predecible consideraremos la
evolución.
En este caso han usado ambas técnicas. Los investigadores de
Wageningen proporcionaron conocimiento acerca del perfil adaptativo del
hongo. Había 256 posibles combinaciones de 8 mutaciones en varios
lugares del genoma del hongo, así que los investigadores calcularon el
efecto que tendrían sobre el ritmo de crecimiento del hongo cada una de
esas combinaciones. El ritmo de crecimiento es importante a la hora de
determinar la adaptabilidad del hongo, pues las mutaciones con efecto
positivo sobre este ritmo tienen mayores posibilidades de establecerse
definitivamente.
En pequeñas poblaciones es probable que una mutación positiva ocurrida
accidentalmente contribuya a la evolución del organismo. El azar tendrá
un peso muy elevado en este caso, así que la evolución es más bien
impredecible.
Por otro lado, en poblaciones grandes es posible que sucedan un mayor
número de mutaciones positivas y habrá mayores posibilidades de dar con
la mutación óptima. Uno esperaría que en este caso será más fácil
predecir qué pasará. Pero resulta que este estudio indica que no es así.
Los investigadores de la Universidad de Colonia metieron los datos sobre
este hongo en su modelo para ver qué pasaba. Descubrieron que la
predicción del curso de la evolución es más difícil para grandes
poblaciones. Esto se debe al hecho de que una población grande contiene
más individuos con más de una mutación. Como el número de combinaciones
de mutaciones beneficiosas es mucho mayor que el número mutaciones
beneficiosas, la predictibilidad de la evolución es peor para grandes
poblaciones.
Es decir, la evolución es más predecible para poblaciones que no son ni muy grandes ni pequeñas.
Fuente: Neofronteras

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