Fue descubierto en la cueva Mala Balanica, Serbia, por la arqueóloga
Mirjana Roksandic, de la Universidad de Winnipeg, Canadá, y colegas. Se
trata del resto humano fósil más antiguo de la región y al parecer tiene mucho que decir sobre la evolución de los neandertales.
La
cueva venía siendo excavada desde el año 2000, y se han descubierto
muchos restos arqueológicos. Y al parecer, por culpa de unos saqueadores
que cavaron un pozo hondo, los arqueólogos se animaron a ir más abajo, y
ahí apareció la mandíbula. Se cree que la cueva era un cubil de hienas,
por aquellos tiempos.
“Proviene de una región de la que básicamente no tenemos nada que sea conocido y bien publicado”, dijo
Roksandic. “Ahora tenemos algo para comenzar a construir el cuadro de
qué estaba pasando en esta parte de Europa por esa época”.
El
fragmento de mandíbula contiene tres molares intactos, y mediante una
serie de dataciones indirectas se llegó a una edad de entre 397 y 525
mil años. Los autores creen que se encuentra fuera de las variaciones
típicas de Homo heidelbergensis europeo, y no posee
características que los primitivos neandertales ya tenían para esta
época en Europa Oeste, como los ejemplares de Kocabaş, Vasogliano y
Ceprano. Por lo que los autores dicen que “sugiere diferentes fuerzas
evolutivas actuando en el este del continente”.
Por la característica de los dientes, los autores estiman que es más parecido a los Homo erectus, que a los homínidos
que moraban en Europa Oeste, por esa época. Los neandertales no habrían
evolucionado en Europa del este, por aquellos tiempos, tal vez por
algún bloqueo de los glaciares que dividían al continente en dos,
aislando a los ancestros neandertales, y otorgándoles así su
característica distintiva.
Igualmente habrá que esperar las
repercusiones, ya que un único fósil fragmentario podría ser justo un
individuo inusual dentro de la población, así que habrá que esperar más fósiles, antes de sacar conclusiones tan generales.

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