Es este el fósil más grande de los que alberga la exposición, encontrado en Igüeña.
Hace unos 300 millones de años, el Bierzo era un enorme jardín botánico tropical dotado de grandes plantas y habitado por insectos, reptiles, anfibios, peces y artrópodos. Un paraíso vegetal de clima cálido y húmedo que propició la formación del que todavía a día de hoy es la principal fuente energética de esta país y sustento económico de buena parte de las familias de esta comarca, el carbón. Su nombre, el Carbonífero, resume un período de tiempo de la Era Primaria o Paleozoica que duró nada menos que sesenta millones de años. En este tiempo, se desarrollaron cuatro grandes especies vegetales que, al morir, se acumularon bajo el agua de as zonas pantanosas formando, con el paso del tiempo y los fenómenos geológicos, el oro negro que hoy se extrae de las minas.
Millones de años después, esos vegetales fosilizados y convertidos en carbón han llegado a la Casa del Parque de Las Médulas, en Carucedo. Una exposición itinerante desarrollada por la Fundación Patrimonio Natural y la Consejería de Medio Ambiente de la Junta que acerca al ciudadano de a pie el trabajo de inventariado llevado a cabo durante un año y medio en colaboración con la Universidad de León (ULE).
Un total de 42 fósiles conforman esta muestra que estará abierta al público hasta el día 30 abril y que incluye especies vegetales fosilizadas pertenecientes a tres grupos: licofitas, esfenofitas y helechos. Las piezas se acompañan de una serie de paneles explicativos que facilitan el entendimiento y ayudan a crear una visión global de cómo era el norte de la región en el Carbonífero. Y dícese norte de Castilla y León porque aunque la mayor parte de los fósiles pertenecen a la cuenca Bierzo-Villablino, también pueden encontrarse ejemplos del norte de la provincia leonesa y Palencia. En su mayor parte, las muestras proceden de Igüeña, Tremor de Arriba, Pobladura de las Regueras y Carrasconte. Aunque hay ejemplos de Torre del Bierzo, la mina Luisa de Garaño, Santa Lucía de Gordón o Murias de Ponjos.
«Donde antes había un bosque húmedo y salvaje realmente poblado, ahora hay minas a cielo abierto», detalló la monitora encargada de explicar la exposición, Sandra Nicolás, que adelantó, asimismo, que la muestra se complementará con una serie de actividad tanto para adultos como para un público infantil en colaboración con la ULE.
Las especies vegetales del Carbonífero. Las licofitas —una de las especies presentes en la muestra que alberga desde este fin de semana la Casa del Parque— eran árboles de hasta 40 metros de altura que han llegado hasta la actualidad representados por los licopodios, de apenas unos 30 centímetros. Por su parte, las actuales colas de caballo forman parte del grupo de las esfenofitas que durante el Carbonífero formaban praderas llegando a alcanzar diez metros de altura. Por último, los helechos, los más conocidos, eran muy similares a los actuales pero de un tamaño mucho mayor. Son éstos los fósiles más reconocibles porque quienes no son expertos.