4 ago 2012
A pesar de la inexistencia de registros fósiles de las partes blandas
del cuerpo humano (lo que incluye la nariz), análisis genéticos
realizados en la Universidad de Cornell sugieren que la nariz humana es
el órgano que evoluciona a mayor velocidad.
Según señaló John Lloyd en su libro El nuevo pequeño gran libro de la ignorancia,
“en los mamíferos, el olfato está controlado por la familia de genes
más numerosa. El estudio del genoma humano ha demostrado que el nuestro
ha evolucionado más rápidamente que el de nuestros familiares más
cercanos, los grandes simios. Esto significa que olemos menos, pero que
percibimos más los gustos y que enviamos aromas desde la parte posterior
de la garganta a la nariz cuando masticamos”, lo que de acuerdo a la
interpretación de Avery Gilbert, líder de la investigación de Cornell,
significa que “la nariz del ser humano ha evolucionado para servir a la
boca”.
Los dos posibles factores de esta característica son los siguientes:
1.- El cocinar los alimentos con fuego, que habría traído nuevos aromas
2.- La domesticación de los animales, que introdujo nuevos olores
asociados a los nuevos alimentos (yoghurt, queso, pan, leche, etc.).
Además, la domesticación del perro por parte
de nuestros antepasados
supuso que los humanos delegaran en ellos la función de olfateo. Aún
cuando su labor en este campo es superior a la humana, nuestro olfato es
más poderoso de lo que muchos suponen.
Según un trabajo de la Universidad de Vanderbilt, las personas son
capaces de detectar el olor de sus parientes de forma extremadamente
precisa. La nariz es capaz de seguir una pista, pero debemos estar
dispuestos a olfatear el suelo cuando, por ejemplo, un pie desnudo o con
calcetines lo ha pisado hace poco tiempo. En sus pruebas, 19 de 24
niños fueron capaces de identificar a sus hermanos sólo por el olor de
sus camisetas y 16 de 18 padres lograron encontrar a sus hijos solamente
por su olor.
Por otro lado, la perdida del olfato, condición llamada anosmia,
puede significar un gran trauma. Una perdida unilateral puede
presentarse sin síntomas, pero la perdida bilateral del olfato o anosmia bilateral, suele estar acompañada de insensibilidad gustativa. Otra condición, la parosmia (distorsión del sentido del gusto), provoca que todos los alimentos tengan el mismo olor repelente.
La causa más frecuente de la anosmia es un golpe fuerte en la cabeza,
la cual a pesar de ser persistente, puede derivar en una recuperación
con parosmia.
De todas formar es seguro que no sabemos aún muy bien cómo funciona
la nariz. ¿Huelen las moléculas de una forma particular debido a sus
estructura molecular, a su vibración, o bien debido a su efecto sobre
los receptores del olfato?.
Fuente: Veoverde
