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- Las especies con dientes más altos vivían más
Posted by : Unknown
25 abr 2012
Los sistemas insulares funcionan a menudo como laboratorios naturales
para poner a prueba hipótesis evolutivas, dado que son menos complejos
que los sistemas continentales. El aumento de la longevidad de las
especies endémicas de islas es una adaptación que predice la teoría
evolutiva del envejecimiento, en el marco de una estrategia evolutiva
que las empuja hacia un ciclo de vida más lento, debido a la ausencia de
depredadores y la limitación de recursos.
Los autores del estudio que publica hoy la edición online de Proceedings of the Royal Society B
se preguntan si el aumento de la altura de los dientes en los
herbívoros endémicos de islas puede ser una respuesta evolutiva a esta
longevidad. Esto cuestionaría el consenso que hasta ahora explicaba este
rasgo morfológico principalmente a partir de diferencias en la dieta y
el clima.
La conclusión del trabajo es que Myotragus balearicus, la
especie fósil escogida para este estudio, necesitaba unos dientes más
altos para llegar a vivir tantos años. La hipsodoncia, como denominan
los expertos al hecho de tener una corona dental más alta, puede ser un
indicador de especies más longevas.
Como explica el investigador del Instituto Catalán de Paleontología
(ICP) Xavier Jordana, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona
(UAB) y autor principal de este trabajo, "el estudio se centra en una
especie fósil, pero nuestros resultados tienen implicaciones en los
mamíferos herbívoros en general, extintos y actuales, y más
concretamente en las especies endémicas de islas. Los endemismos
insulares comparten una serie de características comunes, conocidas como
el síndrome de la isla, y diferentes a las de sus parientes
continentales, puesto que evolucionan en unas condiciones ecológicas
especiales, como son la ausencia de depredadores, la alta densidad
poblacional y la escasez de recursos".
La investigación analiza la dieta, la longevidad y el patrón de mortalidad de M. balearicus, un bóvido fósil endémico de las Islas Baleares. El trabajo concluye que, a pesar de ser extremadamente hipsodonto, M. balearicus
era un herbívoro mayoritariamente ramoneador, que se alimentaba de
hojas y brotes de árboles y arbustos, y probablemente, también, de
tubérculos y raíces, que implican un mayor desgaste de la dentadura
puesto que hay que remover la tierra para llegar a ellos.
Aun así, no llegaba a tener una dieta tan abrasiva como la de los
herbívoros que se alimentan mayoritariamente de pastos y que, por lo
tanto, presentan las dentaduras más altas. Este tipo de dieta, sin
embargo, no es suficiente para explicar la hipsodoncia de Myotragus.
Una longevidad a estudio
Al analizar la longevidad de M. balearicus a partir de las
líneas de crecimiento anual del cemento de los dientes, los
investigadores obtienen una medida de unos 27 años, casi el doble de lo
que se esperaría para un bóvido de su masa corporal. Además, el estudio
del patrón de mortalidad en dos poblaciones de M. balearicus,
una en Cova Estreta y la otra en Cova des Moro en Mallorca, muestra
tasas de supervivencia en edades juveniles y adultas más elevadas que en
los bóvidos continentales actuales. Es decir, una gran parte de la
población lograba edades avanzadas y, por lo tanto, M. balearicus era una especie con un ritmo de senescencia lento, o envejecía tarde.
Todo ello son resultados consistentes con la teoría evolutiva del
envejecimiento que predice el retraso de la senescencia en poblaciones
con un índice de mortalidad extrínseca bajo. En un entorno en el que
pocos elementos externos pueden causar la muerte de los individuos de
una especie, como es el caso de la falta de depredadores en una isla,
esta especie se adapta cambiando su ritmo de envejecimiento y la
duración de su vida.
En el caso de los herbívoros, una manera de hacerlo es seleccionando
aquellos individuos de la población que tengan dientes más altos, para
los que la senescencia empezará más tarde.
Myotragus, un modelo para los estudios de evolución
El género fósil Myotragus ha resultado un modelo ideal para hacer estudios de evolución en las islas y M. balearicus es la especie terminal, que se extinguió hace unos 3.000 años. Myotragus sobrevivió totalmente aislado en Mallorca y Menorca durante más de 5 millones de años, desde el Plioceno hasta el Holoceno.
Durante su evolución, Myotragus sufrió cambios importantes,
que afectaron especialmente al sistema locomotor y a su tamaño, así como
a su sistema nervioso y alimentario. El enanismo, la disminución del
cerebro y los cambios en la dentadura son los rasgos evolutivos más
característicos. Muchos de estos rasgos morfológicos son compartidos por
el conjunto de las faunas insulares, como es el caso del aumento de la
altura de la corona dental de los molares.
En el estudio se han usado restos fósiles de M. balearicus,
recuperados en diferentes yacimientos de Mallorca, especialmente en Cova
Estreta (Pollença), Cova des Moro (Manacor) y Cova Moleta (Sóller). En
la actualidad, estos fósiles están depositados en las colecciones del
Museo del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont, en
Sabadell, y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados y el Museo
Balear de Ciencias Naturales, en Mallorca.